Este es un tema doloroso, obviamente estamos hablando de uno de los enemigos en el mundo de los runners y, nos referimos a los odiosos calambres, ya que no es solo una simple molestia muscular ya que si solo entrenas es una molestia, pero cuando es una competencia realmente no es solo el dolor muscular el que afecta, es la pena del quizás retirarse y no completar la carrera.
Lamentablemente lo que más nos frustra cuando aparece el calambre, es que no se puede anticipar para prevenirlo, no hay nada que nos alerte, solo aparece y listo dolor instantáneo. Pero hoy les contaremos sobre dos de las causas de esta molesta visita:
Factores de riesgo Entre los factores de riesgo de los calambres musculares por sobrecarga en corredores debemos mencionar: – Avanzada edad – Malas técnicas de estiramientos – Mal estado físico general – Prolongada duración/intensidad del ejercicio físico
Como ya dijimos, los calambres por sobrecarga muscular y fatiga se suelen presentar en los músculos que se encuentran agotados por lo que el tratamiento de dicha zona puede incluir:
- Masajes y suaves estiramientos
- Contracción activa de músculos antagonistas (contraer los isquiotibiales para estirar los cuadriceps) - Aplicación de hielo en la zona
Si eres de aquellos corredores que suelen padecerlos en forma casi habitual, te recomendamos:
- Reducir la intensidad y/o duración del ejercicio físico
- Mejorar el condicionamiento general - Revisar la técnica de carrera para evitar la sobrecarga en una única zona muscular.
Durante la actividad física perdemos muchos electrolitos, por lo que en caso de que no repongamos los mismos y se genere un déficit es probable que suframos calambres mientras corremos.
Vale decir que este tipo de calambres no requiere de una actividad física intensa o sobreuso de ningún grupo muscular, por lo que en caso de aparecer pueden presentarse en distintas partes del cuerpo.
Lo mas normal de este tipo de calambres es su aparición luego de una extensa transpiración y significativa pérdida de electrolitos, especialmente sodio y potasio.
- Mala hidratación antes y durante el ejercicio.
- Mala alimentación e ingesta de fluidos en forma habitual.
- Tratamiento
- Consumo inmediato de electrolitos.
- Masajes para ayudar a relajar los músculos.
- Aplicación de hielo en la zona.